La evaluación formativa como proceso continuo de análisis, valoración y toma de decisiones del proceso de enseñanza-aprendizaje, tiene su punto de partida en las producciones y actuaciones de los estudiantes que constituyen evidencia de su aprendizaje.
En este sentido, gran parte de las posibilidades que alcanzará la evaluación formativa dependerán del tipo de evidencia que se recoja y de la calidad del análisis realizado.
Así, la recolección y análisis de evidencias permite a docentes y estudiantes desarrollar sus habilidades en niveles de mayor complejidad:
a) Estudiantes, porque pueden observar logros, avances y dificultades en el proceso de aprendizaje de su aprendizaje e identificar sus zonas de desarrollo próximo, y
b) Los docentes, porque pueden ajustar sus estrategias de enseñanza, diseñar nuevas actividades, corregir su metodología, repensar la forma en que interactúan con sus alumnos, saber en qué deben enfatizar y cómo, entre otros aspectos de mejora, lo que constituye una oportunidad de desarrollo permanente. .
En este cuadernillo, desde el marco de la evaluación formativa, se identificarán cuáles son las evidencias de aprendizaje estableciendo relaciones entre estas y las competencias, para luego identificar el propósito de las evidencias de aprendizaje durante el desarrollo del proceso, así como los tipos de evidencias . Finalmente, veremos qué hacer con la información proporcionada por la evidencia.
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