La disminución de los ingresos procedentes de las importaciones tras el fin de la Guerra de Corea puso fin al odriismo. Reaparecieron el paro, las huelgas y la inflación El dictador tuvo que convocar elecciones y Manuel Prado (1956-1962) volvió al poder, trayendo un período de estabilización política que permitió la libre acción del Apra y la izquierda. Colocó al liberal Pedro Beltrán al frente de la economía para impulsar las exportaciones y la inversión extranjera. Se anunció un programa de “techo y tierra” a favor de los campesinos que tuvo poco éxito.
Las elecciones de 1962 parecían estar preparadas para el triunfo del Apra. Haya obtuvo el 33%, pero su escasa mayoría obligó al Congreso a elegir presidente. Siempre oportunista, Haya parecía llegar a un acuerdo con su antiguo rival: Odría. Pero las Fuerzas Armadas, enemigos históricos del Apra, se negaron a aceptar un escenario con un presidente aprista. Provocaron un golpe y anunciaron nuevas elecciones. Estos se llevaron a cabo en 1963. Fernando Belaunde, líder de Acción Popular, ganó el 39% e inició su primer mandato (1963-1968).
Belaunde se presentó como un político atractivo. Con la habilidad de un estadista propuso construir una carretera trans-amazónica (Marginal de Selva ) para abrir esa región del país al desarrollo. Invocó la memoria de los incas y animó a la población a aspirar nuevamente a la grandeza. Recorrió el territorio y conversó con todos los sectores sociales para generar un consenso nacional. También reconoció la necesidad de modificar el Estado para ampliar sus servicios. Finalmente, quiso dar incentivos a la industria y llevar a cabo la tan esperada reforma agraria.
Sus proyectos terminaron fracasando. Políticamente tenía un Congreso de oposición. Apra se había aliado con el odriismo para formar una mayoría parlamentaria. De esta forma bloqueó cualquier intento de cambio. Distorsionó, por ejemplo, un proyecto de reforma agraria que venía del Ejecutivo. Aprobó otro que enfatizaba el mejoramiento técnico y no la redistribución de la tierra, con la esperanza de mejorar la producción para favorecer a los terratenientes. Esto irritó a los campesinos que comenzaron a invadir las haciendas. En el altiplano sur aparecieron movimientos guerrilleros de inspiración cubana. El gobierno no tuvo más remedio que aplastarlos con la mayor dureza. Fueron 8 mil muertos y la experiencia fue traumática para los más de 300 mil levantamientos campesinos y para los militares que tuvieron que reprimirlos.
En las ciudades, especialmente en Lima, la población migrante desarrolló luchas paralelas. Proliferaron las invasiones dando lugar al crecimiento desmedido de barrios y asociaciones de vecinos. Sus habitantes demandaron casas, títulos de propiedad y servicios básicos. Los trabajadores, por su parte, buscaban otro rumbo porque veían que los viejos partidos se alejaban de promover un verdadero cambio. Al gobierno le faltó la fuerza y la imaginación para canalizar las demandas de estos sectores.
Se avecinaba otra frustración: la vieja disputa con el Petróleo Internacional Empresa. Después de muchas negociaciones, en las que Estados Unidos mostró una continua hostilidad a una posible nacionalización, se llegó a un acuerdo. El IPC renunció a los ya agotados depósitos de La Brea y Pariñas y Perú acordaron no reclamar impuestos atrasados. El IPC Además, pudo acceder a nuevos depósitos en la selva y el gobierno acordó venderle el crudo a un precio fijo para que la empresa pudiera refinarlo en su planta de Talara. El convenio contó con apoyo multipartito pero, antes de que comenzara a aplicarse, se informó de la desaparición de la última página del contrato, donde se encontraban las cifras de una alta indemnización que pagaría el gobierno. el IPC. Esta El engaño provocó un gran escándalo y favoreció la caída del belaundismo.
La economía también pagó la crisis. En 1967, el gobierno devaluó la moneda, controló las importaciones y redujo los impuestos a la exportación. La balanza de pagos mejoró, la inflación cayó, pero también lo hizo el crecimiento. El sueño de un Perú próspero y unido se estaba volviendo polvo para Belaúnde. Los militares alistaron sus tanques contra el Palacio de Gobierno, pero esta vez para no detenerse instalar un gobierno provisional. El golpe ocurrió el 3 de octubre de 1968. Belaúnde fue exiliado y todas las garantías constitucionales fueron abolidas. La dictadura regresó al Perú.
Entradas relacionadas:
RS N ° 084-2021-PCM.- Ministro de Economía y Finanzas (Pedro Andrà © s Toribio Topiltzin Francke Bal...
MINEDU | Salió la Norma para la contratación y renovación de docentes 2021 en Educación Básica
Rosa Luxemburgo
EXAMEN DE PROMOCIÓN MAGISTERIAL: Folletos y llaves [2018-2019]
DRE CALLAO: Directivos del Nivel Inicial se reúnen para hacer balance de las intervenciones realizad...