LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN Y EL INICIO DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL.


LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN Y EL INICIO DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL.
El absolutismo real, la ausencia de representación popular y el papel privilegiado de la nobleza y el clero son las tres características que definen esencialmente lo que históricamente se denomina Antiguo Régimen. Este sistema, que se había desarrollado en Europa desde el Renacimiento, comenzó a ser cuestionado durante el siglo XVIII por las ideas de la Ilustración, que se extendieron entre la nobleza y especialmente entre la burguesía.

Pero mientras los nobles limitaban sus aspiraciones de lograr una monarquía similar a la inglesa, en la que el poder real estaba mediado por la nobleza, la burguesía iría más allá, buscando la implantación de gobiernos verdaderamente representativos, basados ​​en dos derechos fundamentales: la libertad, para expresar las opiniones y la igualdad de todos los hombres ante la ley. En los países católicos también habría una lucha para separar a la Iglesia de la intervención en la vida política y la enseñanza.



A finales del siglo XVIII estas ideas darían fruto primero en América, con la independencia de las Trece Colonias Inglesas en Norteamérica (1776), y más tarde en Europa, con la Revolución Francesa de 1789.