El tipo de expansión fue militar, como se ha demostrado en los cambios radicales que experimentaron las culturas bajo el imperio Huari, tanto a nivel social, económico, ideológico y cultural. A través de las montañas, la cultura Huari se extendió a Cajamarca en el norte, y a Sicuani, en Arequipa, en el sur. A lo largo de la costa llegó a Lambayeque en el norte, y hasta Ocoña y Sihuas, en Arequipa, en el sur.
Tomando la guerra y la difusión de la religión como los elementos principales de la expansión de Huari, es fácil deducir que en las áreas donde existieron estos dos elementos desarrollados localmente, hubo resistencia.
La expansión territorial de la cultura Huari no implantó estrictamente el carácter “imperial” en todas partes. (es decir, un espíritu que guiaría toda la actividad humana en el territorio conquistado), pero fue un proceso de implantación de la cultura urbano, protegido por la base tecnológica, religiosa y artística que aporta Tiahuanaco. En su proceso de expansión, Huari nunca intentó gobernar (en su aceptación de ejercer el poder con toda la burocracia administrativa y la fuerza militar necesarias) todas las áreas de intercambio y / o dominar cultural y quizás religiosamente. Lo que creó Huari fue algo parecido a lo que actualmente llamamos “globalización”, es decir, un dominio económico e integración comercial con impacto en el conjunto de formas de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo, de los diferentes grupos sociales del país. zona. Andino.