EL ARTE TEXTIL DE PARACAS


EL ARTE TEXTIL DE PARACAS
Una de las razones que más ha contribuido a dar a conocer la cultura Paracas es la riqueza de sus textiles, destacando los que pertenecen a la época de la Necrópolis de Paracas, que se encuentra 500 años antes de Cristo y constituye una expresión cultural de máxima belleza.
Desde la época de la conquista se ha documentado la presencia de estos textiles, sabiendo que los textiles se ofrecían como parte integral de las negociaciones diplomáticas y militares, como bienes de sacrificio en ceremonias religiosas y como vestimenta de muerte.
Es importante señalar que los textiles tienen una asociación constante con círculos de alto poder. Los gobernantes de más alto nivel tenían más textiles, tanto en vida como en el descanso final, lo que podría considerarse como símbolo de riqueza; Incluso existen ritos que consideran el sacrificio de un textil, por lo que podemos entender su importancia en la sociedad de la Cultura Paracas.

Un aspecto interesante de la religión, en la Cultura Paracas y en todas las culturas prehispánicas conocidas, es el culto a los muertos, mostrando un profundo interés en mantener un sincretismo que incluya todas las tradiciones y ritos, transmitidos a través de generaciones, así como un cuidado infinito a la hora de confeccionar sus cementerios, bultos funerarios, mantos que cubrían al difunto y cada ofrenda y artículo que acompañaba al difunto hacia su travesía final.

Paracas, como zona arqueológica, fue descubierta en 1925, en los lugares denominados Cabeza Larga y Cavernas. Posteriormente en 1927 encontraron un tercer sitio arqueológico, al pie del Cerro Colorado, entre las dos Cavernas anteriores y Cabezas Largas; el lugar ha sido llamado Necrópolis de Paracas, y es un enorme cementerio, toda una ciudad habitada por muertos enterrados con lujosas ropas, adornado con objetos ceremoniales y simbólicos. Cada compartimento se denominó “cámaras funerarias”, de las cuales había diferentes tamaños, recogiendo un total de 429 bultos funerarios, envueltos en maravillosos mantos bordados. Las cámaras se habían construido sobre los restos de poblaciones mayores.
Cada paquete contenía al difunto en posición fetal, envuelto en maravillosas túnicas y colocado en una canasta. Por lo general, iba acompañado de ofrendas, como caracoles, cetros, turbante, platos de cerámica con algunas mazorcas de maíz, algunas piezas menores de oro cosidas a los mantos, así como instrumentos quirúrgicos o artilugios para tejer. El bulto era un ajuar fúnebre completo, cuidadosamente colocado con el difunto para acompañarlo en su último viaje, pudiendo entender que cada objeto tenía una relación directa, en vida, con el difunto.
Otro aspecto que llama la atención en la cultura Paracas es la “trepanación de calaveras”, sin saber hasta ahora qué los originó; Sin embargo, existen teorías que afirman que en esa época las fracturas de cráneo eran una constante en las batallas, otra idea propone que cuando se producían dolores de cabeza se realizaban trepanaciones. La operación se realizó anestesiando al paciente; Se cree que la coca, el alcohol e incluso la hipnosis han servido como analgésicos. Luego, con un cuchillo de obsidiana, que servía de bisturí, se cortaba el cuero cabelludo y los músculos necesarios hasta el hueso. Había tres opciones: retirar la zona afectada, que se delimitó con pequeñas y continuas trepanaciones, limpiar y pulir el hueso que pudiera estar con grietas, para que suelde correctamente, y finalmente cortar el perímetro y reemplazarlo con una placa de oro, luego de los cuales se cerró y se colocaron vendajes.
Otro aspecto muy intrigante es la deformación voluntaria de los cráneos, hasta ahora se desconoce el motivo de las frecuentes deformaciones craneales en cultivo.
Paracas, si fue parte de un ritual mágico o religioso o quizás un detalle estético. El procedimiento para la deformación fue mediante la colocación de almohadillas con bastidor de varillas de madera, que colocaron en la frente y en la parte posterior de la cabeza del recién nacido, hasta el momento en que la deformación fue irreversible. Se sabe que este procedimiento no provocó ningún defecto, pero se desconoce si alteró la percepción de la realidad.
Por el oro hallado en las Tumbas de Paracas se sabe que fueron grandes orfebres. El oro se obtenía en forma de pepita y lo fundían cuando tenían buena cantidad, fundiéndolos y luego formando barras que al final se enrollaban a martillazos, formando hilos delgados como un cabello humano; luego podían cortar, grabar, martillar o incluir un dibujo, haciendo diademas con diseños de vencejos; También hay orejas felinas, aros nasales que simulan bigotes felinos o picos de pájaro.
Finalmente podemos afirmar que la técnica para la elaboración de tan bellos mantos va desde el cultivo de la fibra y los tintes utilizados, hasta los instrumentos utilizados. Se sabe que elaboraban sus tejidos utilizando el telar de cintura, en el que se realizaba el trabajo sencillo para el uso diario. Los tejidos más sofisticados se elaboraron con técnicas complejas utilizando algodón y lana.
Los Paracas también confeccionaban redes para pescar, pues estaban asentados muy cerca del mar, por lo que era muy importante para ellos contar con herramientas de trabajo que les ayudaran en su labor.
Los hombres de la Cultura Paracas usaban diariamente un turbante llamado llanto, así como un unku, una especie de camisa sin mangas que llegaba hasta la cintura, a veces usaban cueros cabelludos que parecían pequeños ponchos, y los hombres usaban un taparrabos y las mujeres una falda. Llevaban sandalias de fibra vegetal, que podían combinarse con lana y cuero de un mamífero.
Existe una anécdota que le sucedió al Dr. Julio C. Tello, quien cuenta que en una de sus tantas tareas de abrir un bulto fúnebre, luego de haber tomado las precauciones necesarias, procedieron a retirar cada capa capa por capa que cubría el bulto, encontrando textiles de colores y finamente bordados, así como ofrendas colocadas entre cada uno de ellos, y al llegar al final y abrir el bulto no se encontró nada dentro, solo una bolsita con frijoles negros. Nunca sabremos qué pasó.
Los tejidos Cavernas se caracterizan por ser geométricos y rígidos, con predominio de la técnica del doble tejido. En ellos todavía hay una fuerte reminiscencia en la representación de los seres antropomorfos felinos o geometrizados de pelo serpentino. Los tejidos de la Necrópolis, en cambio, presentan mayor maestría y delicadeza en los diseños debido a que fueron bordados, lo que permitió obtener hermosos motivos y creaciones llenas de color. Los personajes se representan sosteniendo bastones o cabezas de trofeo con fajas que se atan alrededor de la cintura y se transforman en serpientes de dos cabezas, con tocados rematados con cuchillo ceremonial, nariguera, bigote, etc. En segundo orden, los diseños naturalistas tomados tanto de la flora como de se destaca la fauna como: serpientes, aves, gatos, peces, frutas, flores, etc. Los mantos ceremoniales se caracterizan por presentar una base de tela lisa sobre la que se bordan los motivos decorativos en lana de camélido teñida en la más diversa armonía de colores, haciendo de estos tejidos los más bellos del arte textil.