Adolf Hitler nació el 20 de abril de 1889 en Braunau, Austria. Sus padres eran Alois Hitler y Klara Pölzl, una pareja de clase media. Era un erudito de bajo rendimiento y, a los 17 años, se postuló para la Academia de Bellas Artes de Viena, pero reprobó el examen de ingreso. Luego trabajó como barrendero y albañil.
En 1914, al estallar la Primera Guerra Mundial, se ofreció como voluntario para el ejército alemán y luchó hasta 1918, cuando fue herido. Herido por la derrota, acusó a judíos y marxistas de traidores. Rechazó el Tratado de Versalles de 1919, considerándolo muy humillante para Alemania.
Desde 1920 dedicó su vida al Partido Nacionalsocialista (Partido Nazi). En 1923 intentó un golpe de Estado, pero fracasó y fue encarcelado durante 9 meses. En prisión escribió “Mi lucha”, donde expuso su ideología nacionalista, racista y anticomunista. Sus ideas se difundieron entre los desempleados y los alemanes pobres.
Hitler se postuló para canciller de Alemania en 1932, pero fue derrotado por Hindemburg. Cuando murió en 1933, el poder recayó en Hitler, quien se autoproclamó Führer. Entonces organizó un estado de tipo fascista (nacionalista, corporativo y militarizado). En 1936 invadió Renania (región del Rin) y firmó pactos con Italia y Japón. En 1938, Austria fue anexada y capturó los Sudetes de Checoslovaquia.
El 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia y provocó la Segunda Guerra Mundial. Atacó a Bélgica, Holanda, Noruega, Dinamarca, Francia e Inglaterra. Además, hizo arrestar y asesinar a millones de judíos. Pero fracasó en la invasión de Rusia y el norte de África. En 1944, tuvo lugar el desembarco aliado de Normandía, lo que obligó a retirarse. Cuando los rusos ya estaban tomando Berlín, Hitler se pegó un tiro el 30 de abril de 1945. Su cuerpo fue incinerado.