En sus inicios, los Chimús solo constituían un pequeño dominio o estado regional, como los Incas, de los cuales iniciaron guerras con el deseo de conquistar a sus vecinos hasta formar un Imperio.
Algunos arqueólogos sostienen que entre sus motivos estaba el sistema de herencia dinástico Chimú, por el cual los nuevos señores no heredaban nada, ni los palacios, ni las tierras, ni los sirvientes de su antecesor, sino que tenían que lograrlo todo por sí mismos. lo que obligó a cada soberano chimú cuando asumió el mando, a emprender nuevas conquistas que le dieran las riquezas que no había heredado.
Según las crónicas recopiladas por los españoles, el territorio Chimú había sido gobernado por once soberanos antes de ser conquistado por los incas en la época de Pachacútec. Según la memoria oral Chimú, Guacricaur hijo del fundador Tacainamu inició las conquistas Chimú que fueron continuadas por Nancem Pinco, quien controlaba las cabeceras del Valle de Trujillo y los Valles Costeños entre Saña y Santa.
Los descendientes de Minchancaman eran solo príncipes vasallos de los incas. Cuatro de ellos gobernaron hasta la llegada de los españoles a principios del siglo XVI. Los Chimú nunca sufrieron una derrota excepto en las puertas de Lima donde los guerreros Maranga derrotaron al 1 General Chimú, Querrutumi.
La derrota de Minchancaman por su rival Pachacútec provocó el saqueo de Chan-Chán por parte de las tropas incas. El gran Tesoro se fundió y sirvió para hacer una estatua de Wiracocha y adornar los muros del Koricancha. El Imperio Chimú se convirtió en una provincia del Imperio Inca.
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