Poco después de comenzar su implementación, el Currículo Nacional de Educación Básica (CNEB), sigue generando dudas y confusión, no tanto por lo que dice el documento, sino por los mensajes que, a su alrededor, circulan por diferentes medios, incorporando terminologías que, aparentemente, son novedosas, pero que, en el fondo, apuntan a que ya está planteando la CNEB. Esto es lo que está sucediendo con las experiencias de aprendizaje, que han causado mucha confusión entre los docentes, hasta el punto de que están siendo utilizadas para reemplazar unidades didácticas. Al respecto, me permito hacer las siguientes reflexiones:
No con las mismas palabras, pero en el mismo sentido, el CNEB expresa que para desarrollar competencias se debe partir de situaciones significativas que plantean desafíos que los estudiantes deben enfrentar mediante la movilización de un conjunto de recursos personales y ambientales. La solución a los problemas planteados se evidencia en las producciones o acciones de los estudiantes y para que estas se logren es necesario realizar, secuenciar y articular entre sí un conjunto de actividades complejas.
Por otro lado, en los programas curriculares de los niveles educativos, aprobados por RM No. 649-2016-Minedu, la planificación anual y las unidades docentes se presentan como tipos de planificación (considero que más que tipos son niveles). De estos últimos, se dice que consisten en “organizar y secuenciar cronológicamente las Actividades de aprendizaje que permitirá el desarrollo de las competencias y capacidades previstas en la planificación anual ”.
Hasta aquí todo bien. Los docentes habían entendido que, a la hora de desarrollar las unidades didácticas, debían incluir un conjunto de actividades complejas que, una tras otra, de forma secuencial y articulada, nos permitirían llegar a la evidencia que da cuenta del desarrollo de competencias. Sin embargo, de un momento a otro, sin haber comprendido del todo el primero, su discurso cambia y ya no hablan de actividades, sino de experiencias de aprendizaje. Por cierto, ni en el CNEB ni en los programas curriculares de los niveles educativos se insinúa algo al respecto.
El asunto no se detiene ahí, los profesores ahora están confundidos porque les han dicho que “las experiencias de aprendizaje van a sustituir a las unidades didácticas”. Y, efectivamente, he encontrado ejemplos de experiencias de aprendizaje que tienen todas las características y elementos de una unidad didáctica (situación significativa, propósitos, evidencias, actividades, materiales, instrumentos de evaluación, etc.). Entonces, si no existen grandes diferencias entre unos y otros, no se comprende por qué la necesidad de cambiar las unidades didácticas por experiencias de aprendizaje. Esta confusión, aparentemente, tiene su origen en los propios Dre y Ugel, ya que, en sus entrenamientos, están presentando ejemplos de unidades didácticas que incluyen experiencias de aprendizaje y, en otros casos, ejemplos de experiencias de aprendizaje en sustitución de las primeras. .
Pero las experiencias de aprendizaje no son nada nuevo. Su uso se remonta a la segunda mitad del siglo pasado. Bueno (1973), en su Diccionario de educación, definió la experiencia de aprendizaje como “cualquier actividad intencional diseñada para provocar un aprendizaje significativo y demostrable en el alumno”. Y con este mismo sentido, lo utiliza Bertha Garibay (sfe), quien agrega que “ocurre en diferentes escenarios, dentro y fuera de la escuela: en el aula, el laboratorio, el taller, el centro universitario, la biblioteca, en la empresa, o en la casa. Debe organizarse de tal manera que el alumno desarrolle a través de él conocimientos, habilidades, actitudes y relaciones que le sirvan en sus estudios posteriores, en su trabajo o para la vida ”.
El Ministerio de Educación de Chile (2017) también se refiere a las experiencias de
aprendiendo entendiéndolos como “un repertorio de conocimientos, habilidades y actitudes, con un sentido y significado de lo aprendido como una experiencia que forma parte de la vida diaria del alumno”. A partir de esta definición, ha desarrollado una especie de guías para cada tema, precisamente llamadas Experiencias de aprendizaje, pero en el mismo material mantiene la unidad didáctica, como nivel o tipo de planificación. Al revisar estas guías, se observa que en cada unidad didáctica se propone una experiencia de aprendizaje y esta, a su vez, incluye un conjunto de actividades. Es decir, no se les ha ocurrido sustituir las unidades didácticas por experiencias de aprendizaje.
En otros países no hablamos de experiencias de aprendizaje, sino de situaciones significativas, como en Colombia. El Ministerio de Educación Nacional (2010), en su Orientación para autores de experiencias significativas y establecimientos educativos.A diferencia de Perú, define una situación significativa como “una práctica concreta (programa, proyecto, actividad) que nace en un entorno educativo para desarrollar aprendizajes significativos a través de la promoción de competencias”. Además, se caracteriza por ser concreto, sistemático, evidente, autorregulado y contextualizado. Y, como era de esperar, los docentes de ese país siguen manteniendo las unidades didácticas como su forma de planificación y dentro de ellas incorporan situaciones significativas.
En Uruguay, la noción de aprendizaje profundo se incorporó como parte de las nuevas pedagogías para el cambio educativo, enfatizando que la tareas de aprendizaje profundo Cuestionan los formatos tradicionales y abordan los contenidos curriculares de formas más desafiantes y atractivas y, además, permiten el desarrollo de seis competencias clave ”(Pereyras, 2015). En este caso tampoco han descuidado las unidades didácticas, lo que han hecho es plantearse en ellas tareas de aprendizaje en profundidad. Y algo similar sucede en Argentina, cuyo currículum también apunta al desarrollo de habilidades.
No se comprende, entonces, por qué en Perú se habría concluido que para desarrollar competencias, las unidades didácticas deben ser reemplazadas por experiencias de aprendizaje. ¿No se confunde continente con el contenido? El contenedor es la unidad didáctica y su contenido son las actividades, estrategias, experiencias, procedimientos, etc. para lograr un propósito determinado. Es lo mismo que pasa con el currículum. El currículo es el contenedor, el contenido del cual son los propósitos de aprendizaje. Estos pueden cambiar de un momento a otro o de un lugar a otro, pudiendo expresarse como objetivos, capacidades, competencias, etc. Pero, el currículum sigue siendo el currículo.
En todo caso, lo que se debe garantizar es que las unidades didácticas incluyan un conjunto de actividades complejas (o “poderosas”) que, de manera secuencial y articulada, permitan lograr la evidencia que dé cuenta del desarrollo de competencias al enfrentar los desafíos de una situación significativa. Y si quieres llamar a este conjunto de actividades secuenciales, articuladas y complejas experiencias de aprendizaje, entonces llámalas así, pero creo que eso no justifica que reemplacen las unidades didácticas. Las unidades didácticas son un nivel de planificación y en ellas creo que hay que incorporar experiencias de aprendizaje.
Lo que pasa es que no existe ningún documento oficial que aclare el asunto. Solo en el glosario de la RVM 033-2020-Minedu sometido a consulta (aún no aprobado) se define la experiencia de aprendizaje significativa como un “conjunto de actividades que llevan a los estudiantes a enfrentar una situación, desafío o problema complejo. Se desarrolla en etapas sucesivas. y, por tanto, se extiende a varias sesiones de clase ”. Eso es precisamente lo que se ha explicado en el párrafo anterior y que el CNEB ya lo plantea sin referirse a experiencias de aprendizaje. Es entonces cuando la unidad didáctica incluye actividades de este tipo. Además, esta definición no hace explícito ni sugiere que sustituyan a las unidades didácticas. En cualquier caso, ¿qué es lo que prevalece? toda una propuesta basada en la CNEB y sus programas curriculares o una terminología que apenas aparece en el glosario de una norma en consulta.
Finalmente, cabe agregar que aun cuando se pretenda sustituir unidades didácticas por experiencias de aprendizaje, lo más importante es que se desarrollen las habilidades de los estudiantes, y esto se puede hacer de una forma u otra. Y si quieres optar por alguna de estas formas, debes tener en cuenta que lo que está reconocido oficial y legalmente por la CNEB son las unidades didácticas. Experiencias de aprendizaje, tareas auténticas, enseñanza situada, situaciones significativas, etc. ayudan a los profesores a orientar sus unidades didácticas para desarrollar realmente competencias. En este sentido, lo que se le debe dar al docente son formas de cómo incorporar en sus unidades didácticas, un conjunto de experiencias, actividades, estrategias, procedimientos, etc. que permitan a los estudiantes movilizar sus habilidades para resolver problemas o lograr propósitos específicos.
Autor: Elvis Flores
Consultora en Currículo, Lectura y Evaluación. Licenciado en Educación, egresado como primer alumno de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional de Cajamarca en la especialidad de Lengua y Literatura. Ha completado su maestría y doctorado. estudios en Ciencias de la Educación en la Escuela de Posgrado de la Universidad Nacional de Educación.